Platos de mi pueblo: Gachas de caldo picantes

Siempre es un buen momento para recordar esos platos que antiguamente eran el pan de cada día en las casas de nuestros abuelos. Melegís, como muchos otros pueblos, es poseedor de una gran cantidad de recetas tradicionales que los vivimos aquí nos negamos a perder. La mayoría suelen ser platos de gran elaboración, como los pucheros, pero también tenemos platos sencillos que se hacen grandes cuando se utilizan buenos ingredientes y los frutos que da la tierra.

Gachas de caldo picantes con tomates secos

Desde el 11 y hasta el 19 de marzo, en algunos restaurantes de El Valle de Lecrín celebramos las V Jornadas Gastronómicas de la comarca, con menús basados en los platos típicos de estos pueblos.

En Los Naranjos uno de los platos que conforman nuestro menú para las jornadas son las Gachas de caldo picantes. Es un plato tan antiguo que ya hoy, prácticamente, no se cocina en las casas de El Valle. Nosotros lo hemos querido rescatar y, además, le añadimos un poco de zumo de naranja para aderezarlo.

Seguro que hay muchas formas de elaborar la receta, pero aquí os dejamos la nuestra.

GACHAS DE CALDO PICANTES

Ingredientes:

·         Tomates secos

·         Pimiento seco

·         Ajos

·         Sal

·         Pimienta

·         Cominos

·         Sémola

·         Aceite de oliva

2 guindillas

Elaboración:
Primero  se pelan los ajos y se fríen en aceite de oliva. Se sacan los ajos aparte y se sofríen durante un par de minutos los pimientos y los tomates secos. Se prepara un cazo con agua, la pimienta, la sal y los cominos. Se añaden los pimientos, las guindillas y los tomates.  Se pone todo a hervir durante 15 minutos.  Sacamos los pimientos y los tomates fritos, añadimos los ajos y lo batimos todo junto. A continuación añadimos esta mezcla al caldo.

Por otro lado, ponemos un sartén al fuego con aceite de oliva. Cuando el aceite esté caliente, añadimos la sémola y una pizca de sal. Removemos hasta que queden unas gachas blandas y homogéneas.

Servir:

Necesitaremos un cuenco o plato hondo. Ponemos primero las gachas y a continuación añadimos el caldo (las gachas se quedaran flotando en el caldo). Lo ideal es tomarlas con un poco de zumo de naranja exprimido.

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La cena de San Valentín se concibió desde un primer momento como una ruptura con todo lo habitual, como una cocina fruto de la imaginación del chef que da como resultado delicados platos especialmente diseñados para la ocasión. Detrás de ellos, productos de calidad, un gran equipo y semanas de trabajo. El objetivo: sorprender a nuestros clientes jugando con la fantasía, el sabor y la presentación. ¿Te apuntas?